martes, 23 de abril de 2013

Pluralismo republicano

Las movilizaciones del pasado 14 de abril mostraron la existencia de un importante conjunto de ciudadanos favorable a la República, pero también se puso de manifiesto la heterogeneidad del movimiento republicano español. Tradicionalmente minoritario y desunido, el republicanismo ha de afrontar el nuevo reto que supone que cada vez  sea mayor el porcentaje de ciudadanos favorables al cambio de sistema.

Recientemente se constituyó la Junta Estatal Republicana, que cuenta con medio centenar de organizaciones participantes. La Junta nació como "un espacio de convergencia plural republicana para conseguir una República, federal, laica, participativa y solidaria, con respeto a la identidad de los pueblos y su derecho a decidir". La iniciativa por supuesto nos parece muy positiva, puesto que parte con una más que necesaria intención aglutinadora tanto de importantes formaciones políticas, como de pequeños grupos locales y organizaciones diversas, cuyo nexo común es el republicanismo. Sin embargo, hay que dejar constancia de que en la misma definición de la Junta se pueden advertir ciertos dogmas que parecen inevitablemente unidos al republicanismo español, y que no contribuyen en demasía a su inevitable modernización. El tema del federalismo -la República Federal constituye un verdadero axioma- merece un profundo debate, y será tratado en estas mismas páginas en fechas próximas. En lo que respecta al respeto al "derecho a decidir" de los pueblos, ¿Es realmente necesario para la formación de una Tercera República Española? Más bien parece que se trata de una concesión para que determinadas formaciones de ideas nacionalistas se adhieran a la Junta.

Una lúcida y crítica visión sobre los actuales republicanos españoles nos la ha ofrecido recientemente Javier Castro-Villacañas en su artículo "Nosotros los republicanos". En esta hora de crisis del régimen juancarlista, se hace más necesario que nunca una profunda reflexión sobre nuestras ideas republicanas, buscar espacios de consenso verdaderamente amplios que ensanchen unas hechuras que han estado demasiado tiempo, y en muchos casos todavía siguen, demasiado constreñidas a una visión canónica del republicanismo español.

martes, 9 de abril de 2013

¡Vente a Qatar, Pepe!


Según parece, la Familia Real comienza a exiliarse a plazos. Los primeros van a ser los Duques de Palma, que curiosamente están imputados en el caso Noos. Será que a sus altezas les parece más cómodo ir a declarar a Palma viviendo en el Golfo Pérsico.

Superada la sorpresa inicial, van saliendo a la luz los tejemanejes ocultos que van siempre unidos a las altas esferas españolas. Así hemos sabido que el embajador qatarí ha revelado que el Rey habló varias veces con el Emir Hamad al Thani para arreglar la salida del yernísimo. Por otra parte, el hasta ahora entrenador nacional de balonmano Valero Rivera, que ha sido quien ha invitado a Urdangarín a “trabajar” en la Península Arábiga, pagó 53.360 € a las empresas de la trama Noos entre 2007 y 2009. Como vemos, todo muy limpio y transparente.

El pequeño Qatar se ha convertido en un cementerio de elefantes. Personajes notables que han pasado a un segundo plano, han encontrado acomodo en acaudalados puestos de trabajo ofertados por la monarquía absoluta qatarí. Son empleos innecesarios, dado que los personajes que los reciben suelen estar forrados. Por ejemplo, los  exmandatarios Tony Blair y Nicolás Sarkozy han tenido ofertas para incrementar sus ingresos, sin olvidar a la estrella del Emirato, el inefable Moratinos, pésimo ministro de exteriores de ZP y autor de varias hazañas diplomáticas como la permisividad con los vuelos ilegales de la CIA o el abandono de los saharauis frente a Marruecos, y que al final de su gloriosa gestión, se fue llorando “como un perfecto mierda” (Pérez Reverte dixit).

viernes, 5 de abril de 2013

Imputación real


Lo que decíamos la semana pasada ya es realidad, y la Infanta Cristina está imputada en el mediático y bochornoso caso Noos. A pesar de que se han dejado oír las palabras tranquilizadoras de los habituales palafreneros mediáticos, - Arcadi Espada tituló “República Española” un engañoso y servil artículo en “El Mundo” el pasado jueves – lo cierto es que la valiente decisión del juez Castro ha causado el efecto de un torpedo en la línea de flotación de la Monarquía borbónica.

La crisis del Juancarlismo se debe a la pérdida de sus señas de identidad. Durante décadas, la Monarquía ha sido la institución más respetada, ejerciendo sin sobresaltos su papel representativo, realizando política exterior y situándose por encima de intrigas y escándalos políticos. Actualmente la Primera Institución ha descendido de su pedestal y comparte con los habituales ángeles caídos de las élites patrias, portadas que indignan a los ciudadanos.

La decadencia de los últimos borbones abre numerosos debates sobre la jefatura del Estado. Los que piensan que debe mantenerse la Monarquía comienzan a preguntarse si no sería necesario que Don Juan Carlos siguiese el ejemplo de Beatriz de Holanda y diese paso a su heredero Felipe. Los que pensamos que es necesaria una jefatura del Estado democrática y no elegida a dedo, creemos que ya es hora de que comencemos a hablar de una Tercera República.