Pues
bien, ahora en 2013, al parecer, ya no es necesario "transmitir
confianza". Ya no dan la murga con esa cantinela.
Debe
ser que los mercados están tranquilísimos viendo como se maneja el dinero por
estos lares. Estarán totalmente admirados de la falta de transparencia
financiera de la cúpula del PP, del patrimonio de Oriol Pujol y de la catarata
corrupta generalizada. Pensarán que deben invertir en un país poco ejemplar,
con una clase dirigente que se asigna sueldos suecos con opacidad africana,
incapaz de comprender con las dificultades de sus ciudadanos.
Quienes
debían transmitir confianza eran precisamente nuestros dirigentes, dando
ejemplo y poniéndose al frente del país para afrontar la crisis. Pero ellos son
de una pasta especial, viven en su burbuja de lujo, protegiendo su casta
intocable con un sistema político que se está quedando obsoleto a una velocidad
de vértigo. No confiamos en ninguno de ellos.
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