jueves, 10 de octubre de 2013

Sandokán es el ejemplo

 Seguramente, cuando a la Policía se le ocurrió llamar "Operación Malaya" a la investigación sobre la mastodóntica red de corrupción del Ayuntamiento de Marbella, tenía en mente la peculiar figura de ese prototípico personaje de la España actual llamado "Sandokán".

Desafortunadamente, las coincidencias entre el inmortal personaje de Emilio Salgari y el "empresario" cordobés no son muchas, básicamente una: ambos son forajidos. Pero mientras el personaje de Mompracén  es perseguido por la justicia sin piedad, al Sandokán de Córdoba le va mucho mejor. Después de una vida dedicada a la especulación inmobiliaria, al uso de la política y las instituciones públicas -legal o ilicitamente- en beneficio propio, la Audiencia Provincial de Málaga -otra vez los juzgados locales- le condena a seis meses de prisión. Eso de las "condenas ejemplares" debe ser cosa de las series televisivas, porque lo que es debajo de los Pirineos, no se ha visto ninguna de entidad.

El mensaje es claro. A los sinvergüenzas que se enriquecen  gracias al saqueo del dinero de todos los ciudadanos, sobre todo si forman parte de la élite política, económica o monárquica, se les juzga tarde y se les dispensa pronto. Sin embargo, a las personas honradas que, como en cualquier país de nuestro entorno, deciden dedicarse por ejemplo, a investigar, les espera un camino de espinas. En España la I+D más desarrollada es la que investiga como forrarse con dinero público. Ese es nuestro modelo de futuro. La verdadera "marca España"

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