jueves, 14 de febrero de 2013

CARTA ABIERTA A JOSÉ BONO

Estimado José:

El motivo de la presente es manifestarle desde mi más profundo respeto y desde la libertad que me avala mis opiniones sobre su papel pasado, presente y futuro en esto de la política.

En primer lugar, he de expresarle que Vd ha formado durante más de 30 años parte en este espectáculo circense en el que se ha convertido la política, más que nada porque ha formado parte desde una posición privilegiada de la clase dirigente del Partido Socialista Obrero Español, de ahí que me sorprenda ingratamente su opinión actual sobre el estado putrefactoso de la política ya que desde su posición ha contribuido desde la actividad o pasividad en ese olor nauseabundo que actualmente desprende la clase política.

En segundo lugar, creo que Vd nunca ha demostrado ser la persona humilde y socialista que predica, es más, ha dado y da la impresión de ser un partícipe más de ese socialismo de clase alta, de chaqué e incluso en su caso, emparentado con la farándula a través del mundo de la canción y que flaco favor ha hecho a los orígenes del socialismo y al espíritu que verdaderamente ha de demostrar el partido avalando y defendiendo a la clase obrera y a los más humildes.

Porque además, José, Vd, tan católico, siempre se ha abrazado a esa Jerarquía eclesiástica que tanto abomino, cardenales y obispos de postín, nunca le he visto con el párroco del pueblo o de misiones por esas tierras por evangelizar, lo más que le he visto es recorrerse los pueblos y tierras de Castilla La Mancha con el fin de ganarse el sueldo durante otros cuatro años más.

En cuanto a su coherencia ideológica le diré que he le visto comenzar con Don Enrique en el Partido Socialista Popular, abrazarse a Guerra al que tanto denota en estos momentos y se pavonea de ello en su libro de memorias (la envidia le corroe, no fue Vd el segundo de Felipe ni siquiera aportó nada a la Constitución como Guerra y Abril, verdaderos artífices del texto), luego de hizo renovador porque quedaba muy progre y así peloteaba a Felipe, fue barón regional, aspirante a secretario general al que ganó un joven inexperto por vendetta de Guerra que no podía perdonarle sus reiteradas traiciones, después de contrincante, llegó a Ministro de la Guerra y su toma de posesión se convirtió en otro espectáculo indigno de la disciplina castrense para finalizar Zapaterista perdido después de retirarse de la política con la boca pequeña y volver al trono muy bien pagado con la Presidencia del Congreso. Don José, de coherencia nada, ha pasado por todos los estamentos con tal de mantenerse. Todo eso que ahora critica con tanta vehemencia.

Lo que verdaderamente no puede superar, es que nunca ha llegado a nada por ningun mérito propio, sino por cambiar de disfraz cual camaleón ideológico pero nunca fue colaborador directo de Felipe, ni siquiera contrincante para un débil Zp que conociendo sus constantes conspiraciones prefirió tener al enemigo atado en corto mediante el regalo de los cargos que suelto por ahí y tratando de derribar como siempre a la clase dirigente.

Desde el más profundo de mis respetos Don José, Vd es partícipe de la situación actual de la política, no nos de lecciones de nada.

Salud y república


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