viernes, 1 de febrero de 2013

Menudo ejemplar

En su intento desesperado de salvar al Sr. Rajoy, y ya que él lleva dos días sin dar señales de vida, la Sra. Sáenz de Santamaría calificó al Presidente como persona ejemplar. En el diccionario de la RAE aparece el adjetivo ejemplar como “Que da buen ejemplo y, como tal, es digno de ser propuesto como modelo.” Pues a la vista de los papeles que están saliendo a la luz, con sobres ocultos, su conducta no parece ejemplarizante ni para el peor presidente de un estado bananero.

Al Sr. Rajoy le vendrían mejor otras acepciones de la palabra ejemplar, como la cuarta: “Cada uno de los individuos de una especie o de un género”, ya que el Presidente es un humilde mortal más, con bastantes de sus debilidades y alguna extra, ya que por lo general la gente de la calle no recibe generosas “donaciones” ocultas.

Pero la acepción que mejor le cuadra es, sin duda, la séptima: “Caso que sirve o debe servir de escarmiento”. Porque este país y sus millones de contribuyentes ya han aguantado bastante a generaciones de políticos especialistas en el trinque, incapaces de aprovechar los buenos momentos económicos para establecer bases sólidas de estabilidad y redistribuir a la sociedad los beneficios, a chupópteros de todo pelaje. Pero lo que ahora conocemos, con una doble contabilidad en el partido del Gobierno, y con su Presidente recibiendo sobres, es totalmente inaudito.
Por eso, si funciona el sistema correctamente, debería castigarse severamente la trama de corrupción Gurttel-Bárcenas en beneficio del PP y que sirva de escarmiento para las próximas generaciones de políticos. Si no es así, nunca se regenerará el sistema, y este nauseabundo caso pasará a la larga lista de corruptelas políticas impunes de nuestro país, un tema en el que, desde luego, España no es ejemplo para nadie.

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